Por: Melissa Céspedes | @melissa_periodista
Hace 23 años nació un proyecto que parecía improbable. Surgió del dolor, de la desesperanza y de una promesa. Hoy, es una de las organizaciones con un fuerte impacto social en el país y con reconocimiento internacional. Retorno a la Libertad, la fundación liderada por Nubia Perdemos, no solo ha acompañado procesos de resocialización de personas privadas de la libertad de Bogotá y Villavicencio, sino que se ha convertido en una plataforma de dignificación humana, visibilidad y perdón.
Todo comenzó cuando a Nubia le diagnosticaron una enfermedad terminal. “Iba a morir muy pronto, entonces hice un negocio con Dios, le dije que le ayudaría con lo que más me cuesta en la vida y lo que menos quiero: habitantes de calle y privados de la libertad, ¿por qué?, me generaban desconfianza y miedo, por la ignorancia que tenía en ese momento” recuerda con firmeza.
Su recuperación fue el primer milagro. El segundo, que aquellas mismas personas a las que decidió ayudar recolectarán los recursos necesarios para constituir la fundación. “Me dijeron: ‘Ya conseguimos todo, es el momento de que haga su fundación’”.
Desde entonces, Retorno a la Libertad ha trabajado en tres frentes fundamentales, prevención del delito, resocialización carcelaria y reinserción a la sociedad. Con alianzas nacionales e internacionales, como la ONU, la OEA y la Unión Europea, han desarrollado proyectos que protejan los derechos humanos y el bienestar integral de las personas privadas de la libertad, sus núcleos familiares, migrantes y población en condición de vulnerabilidad
Una de sus iniciativas más recientes fue Fashion Freedom, una pasarela de inclusión que, en su tercera edición, reunió el trabajo de personas privadas de la libertad, reinas de belleza, personas con discapacidad, comunidad LGBTIQ+ y guardias del INPEC de Villavicencio y Acacías. “Con esta pasarela queremos demostrar que la dignidad y el respeto es de todos y para todos y no se basa en belleza, títulos y ni en dinero”, afirmó Nubia durante el evento.
Más allá de las cifras, más de 10 mil vidas han sido impactadas en más de dos décadas, la verdadera transformación está en las historias. “Nosotros trabajamos con mujeres que están solas, madres privadas de la libertad, sus niños que esperan afuera. La descomposición social no se soluciona con rechazo, se enfrenta con oportunidades”, explica.
La visión de Nubia es llevar el mensaje de respeto y reconstrucción humana a toda la Orinoquia y planea hacerlo de la mano con las entidades gubernamentales, a los que, según ella, ha invitado sin aún tener respuesta. “Desafortunadamente no fuimos atendidos, no logramos tener receptividad por parte de ellos”.
Retorno a la Libertad es más que una fundación. Es una plataforma de segundas oportunidades, de fe en el otro y, sobre todo, de acción. “No basta con perdonar, hay que transformar. Yo perdoné en el mismo lugar donde murió mi hermano. Hoy estoy aquí porque la reconciliación también es trabajo diario”.
